Recreación edificio siglo XIII |
La Almona de Guadalcanal, tal
vez el edificio más antiguo de la zona, su abandono y estado de semi-ruina nos deberían
alertar a las entidades públicas, Ayuntamiento y vecinos para una urgente
solución.
Villa perteneciente desde el siglo XIX a la provincia
de Sevilla y antes vinculada a Extremadura, fue entregada a la orden de
Santiago en la década de 1241 y permaneció bajo su jurisdicción hasta el Siglo
XIX. Son interesantes las parroquias, iglesias, ermitas y restos de hospitales
con que cuenta la localidad. Pero dicha orden militar también tuvo en esta
población importantes casas y bastimentos, entre los que destaca el denominado
como "palacio" "cortijo" o "castillo"(aunque se
desconoce su entidad real en cuanto a su condición de fortaleza), del que ha
heredado el nombre el paseo (del palacio) que, con el Ayuntamiento, ocupa hoy
el lugar en el que se encontraba dicho edificio. Se arruinó posiblemente en el
siglo XVII y la orden compró otra casa en la calle Granillos. El citado
"palacio" estaba situado en la que es hoy plaza principal de la
localidad exactamente entre el edificio que creemos bastimento del pan y del
vino de la mesa maestral (La Almona) y la iglesia parroquial de Santa María de
la Asunción. El poder civil, religioso y por supuesto el militar, quedaban
unificados bajo el mandato de los santiaguistas en los territorios que
obtuvieron en época medieval lo que ha condicionado sin duda el urbanismo.
José
Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Callantes de Terán la
describieron en su famoso catálogo
sevillano e incluso publicaron sus plantas, secciones y un alzado
parcial del edificio que muestra su parte central con las portadas
superpuestas. Ello, sin duda investigadores, en un momento en el que este tipo
de arquitectura no
"monumental" no se valoraba tanto como en la actualidad.
Transcribimos
su texto, tras el que aportamos otras notas.
"En la calle inmediata a la
parroquia, es una construcción de planta ligeramente trapezoidal de sillería.
Consta de dos plantas, formadas cada una de ellas por una nave con cubiertas de
entramado de madera, sostenida la de la baja por arcos apuntados que arrancan
del pavimento formado a modo de contrafuertes interiores. La cubierta de la
parte superior de la parte superior es a dos aguas, hallándose sostenida por
pilares alineados en el eje central de la nave. El frente de la construcción
avanza en su parte derecha sobre la
línea de fachada para servir de asiento a la rampa que exteriormente sirve de
acceso a la planta superior. Las puertas de acceso a ambas plantas se
superponen en el centro de la fachada; la de la planta baja es un arco apuntado
de escasa altura, que apea en impostas constituidas por un toro y una gola. La
puerta de la nave de arriba precedida de un porche sostenido por pilares de
ladrillos, es también de arco apuntado más peraltado que el inferior, sobre
sencilla moldura de cuarto de bocel. El edificio recibe la luz por estrechas
saetas, algunas de las cuales han sido ensanchadas con posterioridad a la
primitiva edificación, que por sus características, especialmente por la
proporción de los arcos, cabria colocar en fecha bastante remota quizás en la
primera mitad del siglo XIV."
Poco
tenemos que añadir a esta descripción, excepto que el edificio tal como hoy se
puede ver perdido parte de sus revestimientos, no es exactamente de sillería y
su cubierta es realmente a cuatro aguas. En los muros exteriores parece
predominar la mampostería, abundante en la planta baja, y combinada con
ladrillos en la planta alta, limitándose el uso de sillares regulares a la
construcción de amplios paños en las esquinas, las portadas y algunos otros
elementos puntuales, como algún vano. En ladrillo también se construyeron,
además de parte del muro de la rampa adosada a la edificación y los pilares del
porche que soporta, los enmarques de algunos huecos y los arcos transversales
inferiores. Parece que el edificio debió asentar y moverse de forma un tanto
irregular, lo que pudo estar motivado bien por el tipo de terreno sobre el que
se apoya, bien por la inadecuada cimentación que pueda poseer, bien por el peso
y empujes que debió soportar o por qué no también plantearlo, por la extraña
ubicación de los pilares superiores que no son precisamente menudos, sobre la
clave de los arcos. Analizando estructuralmente la construcción la suposición
de excesivas cargas contrasta con la importancia dimensional de los arcos,
dispuestos muy próximos con luces libres entre ellos que rondan escasamente los
dos metros. Aún así como solución parece que se tomó la contundente media de
duplicar dichos arcos trasversales por su intradós a modo de apero interior con
lo que su resistencia y estabilidad quedaban más asegurada.
El
edificio mide unos 29 m en línea de fachada por algo más de 11 m de fondo y
cuenta con construcciones adosadas en tres de sus frentes.
También
es interesante apuntar que arcos diafragma o transversales de ladrillos se
utilizaron en ocasiones para cubrir caballerizas y bastimentos en otras casas
de la orden en Extremadura, por lo que estamos ante un tipo de construcción en
absoluto excepcional para los santiaguistas. También recurrieron al mismo
sistema en algunas de las iglesias precisamente la más antiguas que de dicha
institución se conservan en Andalucía.
La
Almona parece que se puede identificar como el bastimento del pan y del vino de
la mesa maestral por las descripciones localizadas en las transcripciones del
profesor Rafael Gerardo Peinado Santaella
de los libros de visitas de la orden de Santiago, conservados en el
Archivo Histórico Nacional, los informes de las inspecciones realizadas son
Octubre de 1494, Diciembre de 1508 y Febrero de 1515.
En
1494 visitaron la "casa del bastimento del maestre de Guadalcanal"
con un albañil que debía tasar las obras de reparación precisas en el edificio.
Consta que éste tenía una "escalera" por donde subían las bestias
"el pan" a la sala alta y que era preciso hacer en él numerosas
obras, por ejemplo en la "escalera" que precisaba "mas
allanarla" y un pretil "de ladrillo e medio de una tapia de alto
porque ha acontecido caer algunos asnos desde arriba subiendo". También
había que repasar diversas partes de la construcción, reponer unas puertas que
estaban podridas y recorrer el tejado.
En
1508 "se menciona el edificio como bastimento del pan y vino de la mesa
maestral" confirmándose que estaba en la plaza de la dicha villa y que es
alto y bajo un cuerpo de casa bueno". El bastimento del vino no disponía
de las tinajas "que eran menester" a lo que se ordeno poner remedio.
En
1515 se repite "que está en la placa de la dicha villa" y que
"es alto e boxo todo un cuerpo de casa", en esta ocasión estando allí
los visitadores apareció también Andrés de León "veedor de las obras de
Vuestra Alteza en esta provincia porque según declaró el bastimento necesita
ciertos reparos "en la casa y escalera del pan".
Por
ello ordenó que se informasen al respecto los pertinentes maestros y que le
remitieran el resultado para enviárselo a Su Alteza y al Consejero de Ordenes
que a su vista mandarían hacer lo que consideraran procedente, dichos maestros
fueron Lorenzo Gutiérrez y Alonso Sánchez Barrero vecinos de la villa
"albanyres e oficiales" quienes entre otros aspectos(maderas,
cabríos, ladrillos, ripios, cal, clavos, mano de obra........ necesarios que
costarían 3.935 maravedis) apuntaron también los reparos que necesitaba "la
escalera que sube a la dicha cámara del pan" "primeramente se ha de
comenzar el escalera para que de vuelta
porque no sea trabajosa como otras para subir de las bestias, con el se ha de
comenzar desde el esquina de del adarve
de la casa de la encomienda hasta el esquina cabeza de la dicha
escalera esta vuelta de ser de alto al
cabo de cinco palmos y así ha de y subiendo y a de llevar de ancho pies, de
manera que se ha de hacer que este lo demás para subir de las bestias que se
puedan, y de allí ha de ir sacado por orden hasta la puerta de arriba. Hace de solar de ladrillo de esquina y con
sus trocos que va de tres en tres pies".
"Hanse de deshazer los pretiles que estan
fechos y mal rreparados y tornallosa hazer de su manpuesto y de piedra, cal y
ladrillo de manera que queden muy bien fechos y lo alto dello que quede
rredondo. A de yr el pretil de vn cabo e de otro toda la escalera. Han de
llevar esttos pretiles tres palmos de alto y ladrillo y medyo de ancho".
(Castellano antiguo)
El
edificio además, necesita constantes reparos lo que viene a indicar que debía
de estar hecho desde un tiempo atrás.
Pasemos
a plantear cuándo se pudo construir, dado que hay cierta confusión al respecto.
De hecho algunas fuentes datan La Almona en 1307, al parecer por una inscripción que se conserva
en el edificio. Otras publicaciones la relacionan directamente con Lorenzo
Suárez de Figueroa personaje incompatible con dicha cronología, pues su
maestrazgo tuvo lugar entre 1387 y 1409.
A
la derecha del arco apuntado que da acceso a la planta alta, bajo el porche, se
encuentra en efecto una pequeña lápida con una inscripción de difícil lectura
que hemos transcrito gracias a la inestable ayuda la Dra. Elena E. Rodríguez
Díaz.
La
inscripción, si es correcta la transcripción, nos informa de que "esta
casa" fue acabada en 1336 (restados los correspondientes 38 años a la
fecha escrita, pues responde a la era hispánica) y mandada hacer por Don Vasco
Rodríguez Coronado, maestre de la orden entre 1327 1338. Un tal Alfonso, cuyo apellido
desconocemos pudo quizás ser el autor de la interesante inscripción o, más
bien, quien la mandó hacer dado que entre 1338 y 1342 consta como maestre de
los santiaguistas don Alfonso Meléndez de Guzmán. Creemos que es poco probable
que en una inscripción de este tipo aparezca el maestro que efectúo el
edificio.
A
pesar de ello, también dejo huella el maestre Lorenzo Suárez de Figueroa, por las impostas del arco de la
misma puerta superior unas formas esculpidas en la piedra, muy desgastadas y
parcialmente ocultas por antiguos encalados, que quizás podrían ser hojas de
higueras seña heráldica que el referido maestre fue colocando por otras de las
edificaciones que impulso, caso de la magnífica torre del castillo de Estepa o
de la iglesia del monasterio de Santiago de la Espada de Sevilla, concebida
como su propia capilla funeraria.
La
encomienda se mantuvo hasta el siglo XIX, no obstante conviene apuntar una
peculiaridad de la misma que ha sido destacada por M. Maldonado Fernández y que
afecta al dicho edificio. En 1540 Carlos V
vendió la mitad de los derechos de la encomienda y todas las rentas de
la mesa maestral poseída en Guadalcanal al Hospital de las Cinco Llagas de
Sevilla, aunque sin llegar a separar a aquella de la orden. Pues bien en dicha
venta, como consta en diversos monumentos generados por la misma (tasación,
toma de posesión o testimonio notarial impreso en 1612 sobre títulos de
propiedad del hospital en Guadalcanal) el hospital se quedó con la mitad de los
diezmos, la escribanía pública, de la
renta del jabón, la mitad de la casa y lagares y vigas de pisar uvas, que
estaban en la calle San Bartolomé y con el bastimento de pan y vino con sus
tinajas del que se vuelve a especificar que estaba en la plaza pública.
El
edificio pasó así a manos del hospital, en las que seguía en el 1715.
Del
30 de Enero de dicho año data un edicto por el que sus administradores sacaron
a subasta el arrendamiento de las rentas de Guadalcanal en el que consta la
propiedad "de las casas donde se solía encerrar el vino perteneciente a la
mesa maestral y la casa donde se solía encerrar el diezmo del pan, que es sobre
dicha casa en la plaza pública". Así que fue el hospital el encargado de
su mantenimiento y gestión, posiblemente
hasta la desamortización. En las cuentas de 1745, por ejemplo consta el pago de
unas obras hechas en la "Almona", fue el albañil Juan Álvarez el
encargado de componer tejados y graneros del Hospital de la Sangre cuyo recibo
de 24 reales aparece fechado el 3 de Agosto de 1736.
Almona
según la Real Academia Española, puede significar "casa, fabrica o almacén
público" y también en Andalucía jabonería. Tampoco se descarta que quizás
el edificio o parte de él se pudo utilizar como tal jabonería en algún momento en cuenta lo máxime teniendo en cuenta lo ya
dicho sobre las rentas con las que se quedó el Hospital de las Cinco Llagas
tras la compra de parte de los beneficios de la encomienda.
Hoy
día, La Almona pertenece a diversos propietarios, la mitad izquierda del
edificio, mirando su puerta de frente, está en un penoso estado de ruina. La
parte de la derecha de la fábrica en planta baja un bar bien acondicionado,
mientras que el piso superior sirve de almacén.
El
acondicionamiento de parte del inmueble para negocio ha sido una buena opción
pues permite contemplar casi completa esa media nave baja, de sugerente
estética.
GRUPO DE RECUPERACIÓN PATRIMONIO DE GUADALCANAL
Noviembre 2017