domingo, 29 de abril de 2018

La trashumancia en Guadalcanal en el pasado siglo



Primera parte

La trashumancia de los sorianos por las tierras de Guadalcanal y pueblos limítrofes de la baja Extremadura. (Al igual que la nuestra con los ganados por los campos de la campiña Sevillana.)

Comenzamos esta historia como homenaje a los pastores de nuestro pueblo lo mismo que a los pastores sorianos ya que transitaban las cañadas reales de nuestra localidad y vías pecuarias, desde siempre entre ellas la cañada de Sayales, esta nace desde naciente a poniente, comienza en Cartagenera  y llega hasta Portugal, al igual que la de las Merinas de Este a Oeste grandes cañadas olvidadas por el paso del tiempo a pesar de que ellas tienen su historia como por ejemplo una de ella que es la llamada Senda y está en nuestro pueblo para que sepamos situarnos mejor sobre ella, tiene una historia peculiar ya que contaban las crónicas de las épocas y como siempre nuestros abuelos fue trazada por un preso que estaba condenado a muerte, lo único que le pidió a la justicia fue que si él trazaba una cañada llamada de Sayales que atravesase España de un lado a otro sin subir cuesta  le quitasen la pena y verdaderamente lo consiguió solo se le conoce la cuesta de la subida al pueblo de Constantina. 
     Este presidiario no fue ingenuo ya que ese camino estaba trazado por otras civilizaciones anteriores como  las Romanas. Continuemos escuchando las leyendas que en realidad es la vida misma de esos personajes que bajan de sus tierras en los meses del duro invierno como era y es en Soria, nada más comenzar los primeros fríos cogían sus rebaños para pasar el invierno en tierras del sur de la Península más cálidas, a pesar de todo pastaban entre las que estaban las nuestras, de ese modo nos trasmitieron costumbres y formas arquitectónicas como las “torrucas de piedra” de nuestro pueblo ya sé que esto os sonará a chino, (palabras de hoy en día famosa), pero es una riqueza que no sabemos apreciar ya que solo la tenemos en nuestra localidad, y son esas casitas echas de piedra que mayormente están en los minifundios, bueno en las parcelas que son pequeñas de extensión pertenecientes a las personas menos pudientes, como las que tenemos en la sierra del Viento, o las de la cuesta de la Orca, con diferentes tamaños, desde cavidad  para una persona hasta varias, son curiosas por dentro ya que algunas de ellas tienen hasta para poner sus cantaros con el agua y sus chimeneas para poder hacer fuego en su interior, la utilizaron los que en su día sembraban los cereales para sus ganados y de ese modo poderse refugiar del mal tiempo, también les daban más uso como cuando estaban los viñedos sembrados para poderlos controlar y cultivarlos , o como no en algunos olivares como en la bajada de la cuesta de la Enana.


Al igual las tenemos en otros lugares los cuales no se nombran por no hacer más extenso este texto todo eso fue consecuencia  mediante la trashumancia en la parte de Extremadura y la parte de Castilla, incluida Soria solo tienen las paredes hasta media altura de piedra luego el tejado lo tienen de paja un estilo más parecido a los poblados de los Celtas, Iberos o Romanos por eso la importancia de las nuestras ya que son todas enteras de piedra, ¡¡bastante curiosas!!,  todo el mundo que pueda contemplarla que lo haga para poder ver bien como trabajan la piedra en esas fechas y además sin cemento solo el cemento de golondrina (hay dejo esa palabra, la cual tiene su significado nuestros mayores saben a lo que nos referimos), asís es, no solo eso quedó de ellos, hablamos en pasado por el hecho de que ya no vienen como en antaño venían por los caminos de Dios, pero porque no poner refranes como las noches de invierno que pasarían con sus ganados como decía el gallego y de este modo darle un saludo a ese pueblo tan entrañable como es Galicia, pues cuando al pastor se le presentaba una noche de agua, nieve o viento mientras más mala era la noche se acostaba junto a sus ovejas y se ponía con los brazos y las manos saliendo por los malleros de la red y decía ”sopla gallegiño sopla que yo estoy a buen recaudo”, al pobre lo único que lo amparaba de la mala noche eran las cuerdas de la red de las ovejas.
Lamentablemente el progreso ha podido con todo, los animales se mueven en camiones o no salen de sus fincas por el hecho de que  la comida está asegurada, pues llega un camión cargado con lo que necesiten y sobra, ya solo nos queda la parte simbólica de cuando pasan por la calle de Madrid como es la Castellana para reivindicar que en sus tiempos fue una cañada real y que la civilización se ha apoderado de sus caminos y solo los vemos en los documentales de la televisión.
Continuemos con esos personajes y sus rebaños con las mantas por encima aguantando las inclemencias del tiempo, lloviese  o nevase, les daba lo mismo lo que importaba era que el ganado pudiese comer hierba y no nieve, a medida que bajan de la latitud de su zona  se encontraban más “agosteo” a pesar de que por estos lugares también pasaban lo suyo hasta llegar a su destino, pero era su vida, la cosa es que en las cañadas reales no podían parar más de 24 horas, la ley se lo impedía al igual que hoy en día a pesar de que ya no se transitan, ya que como su nombre indica cañada real era solo de paso, hasta el punto siguiente, durante el día transitaban las ovejas, cabras o vacas, lo que fuese comiendo hasta el abrevadero, que estaba situado a la hora del medio día, de esa manera los pastores aprovechaban para comer sus viandas de esa parte como era y es el tocino ahumado, el chorizo, el morcón…, vamos, lo habitual de la época  y descansar un rato, lo que se le llamaba “el reteso del medio día”, y seguidamente continuar hasta el punto siguiente para pasar la noche, siempre delante estaban los de apoyo que eran los que preparaban las comidas o cenas, para cuando llegasen al lugar y tener la red puesta y poder dormir a pesar de todo también cocinaban.
Todo estaba estipulado en el trayecto de cada día, o no olvidemos otras viandas, las migas tan típicas de esas fechas con el frÍo y siempre llevaban algunas cabras para poderlas ordeñar y sacar algo de leche y poder beber algo caliente.  
Siempre  acompañados de sus perros, como es la raza soriano que muchos pastores los desean por el buen hacer de su trabajo, esto es como todo, depende del maestro que tengan los animales en la enseñanza  y el cuidado del ganado, aparte llevaban los mastines para la noche ataviados con sus “carrancas” (esos collares con púas de hierro afiladas y atadas al cuello en defensa de ellos para el mordisco de los lobos) así estaban protegidos los mastines, pero a pesar de todo las alimañas los señalaban con las peleas, ya que de las fechas que estamos hablado eran numerosos en los campos, “hasta los lobos se han marchado de nuestra zona”, el motivo aún está por descubrir, se decía que por motivo de que la ovejas sufrieron la enfermedad de la lengua azul, pensamos que  no es cierto ya que nunca se llegó a encontrar ningún cadáver que lo testificara, la única explicación contundente fue y es hasta hoy en día  las alambradas. Los mastines mientras que los pastores intentaban dormir estaban al cuidado de las ovejas y a pesar de todo tenían bajas ya que los lobos eran más listos, debido a su instinto, de ahí otro refrán que dice, “del descuidado come el lobo”. Animal siempre odiado por el gremio de los ganaderos y no ganaderos, pues sembraban el terror allá donde estuviesen, en realidad unas veces verdad y otras falsas, esto el ley de vida “el hombre y la naturaleza siempre una continua batalla”.
Continuamos con nuestra historia, hasta la mañana siguiente que antes de ser de día el ranchero preparaba el desayuno para sus compañeros y salir él delante hasta que llegase la hora del “reteso”, todos los días eran lo mismo para los de apoyo, al contrario que para los que iban con el ganado, siempre tenían algunos percances con sus ganados, como la oveja que le pare a pesar de que las que venían eran “jorras”, bonita o cruda palabra para el que no la entienda para el que lea esto, pero el pastor si sabe el significado, es que esa no pare hasta que no tenga la simiente del carnero, en ese momento corre la fecha del parto ya que la oveja tiene una gestación de 5 meses. 
La simiente se echaba cuando los mayorales creían conveniente, pero a pesar de todo el cuidado que se tenía siempre se escapa alguna y es más lista y le cogía la vez  al pastor por ese motivo  la vista de este le fallaba al seleccionarla  la que se quedaba y la que se iba para hacer el camino,  cuando le paria en el camino tenía que ir con el borrego a cuesta hasta que llegase al punto de parada y preparar “un abrisco” para meter  la oveja parida, lo hacían con retazos de lo primero que pudiesen  coger como trozos de retama, construían como forma de un pequeño chozo para esa ocasión y de ese modo poder darle leche a su cría, otras veces que si se le volvían en el camino por el  de que estaban “extrema”, otra palabra de pastor el significado “que hace pocos días”, entonces comienza el “reteso” de la oveja ya que se le tiene que quitar la leche algunos días alternos para que no le salga ubrero  o mamitis ya que algunas de ella suelen perder el lado de alguna teta, de ahí otra frase “teta coja una le produce leche” y la otra parte, no fue a consecuencia de la enfermedad que al quitarle el borrego  por ese motivo es de que se quieran volver las ovejas, o que se espantan de alguna cosa, pues a pesar de todo se espantan muy a menudo o con la querencia del borrego ya que recuerdan donde le ha dado de mamar  la noche antes y su intención es de volver al desconocer que lo llevan delante los compañeros de apoyo subido en los burros, o de lo más insignificante que pensemos. 



Grupo recuperación de patrimonio de Guadalcanal

 Mayo 2018


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