Vista del área de la mina |
La Mina de San Francisco o Potosí
Guadalcanal se encuentra en una zona de mineralización asociada a filones hidrotermales Pb-Zn-Cu-Ag
de la Zona de Ossa Morena (en el flanco Sur del Macizo Hercínico) y una
mineralización cuprífera enmarcada en materiales de la serie
lutítico-carbonatada del Cámbrico. En sus sierra y valles se encuentra más de
un centenar en desuso de minas, pozos y prospecciones mineras de plata, plomo, cobre,
hierro, carbón y otros metales.
Su nombre está, históricamente unido a la riqueza minera desde que a
mediados del siglo XVI se descubriera la célebre mina de plata de Pozo Rico, por
el lugareño Martín Delgado, en realidad, según referencia de los historiadores,
el alfoz minero de Guadalcanal está
ligado a la minería desde la prehistoria, pasando por las épocas fenicia, romana, visigoda, musulmana, medievo,
moderna y hasta el último tercio del siglo XX.
Mapa de localización desde el término urbano |
Presentamos el estudio de otra mina de este término municipal con sedimentos
de cobre, la Mina de San Francisco o Potosí, la más cercana del casco urbano,
se encuentra a unos 600 metros en el paraje conocido como la piedra de
Santiago, tal vez no tan conocida como la de Pozo Rico, pero que merece ser
igualmente conocida. Esta mina se desarrolló en el interior de una cavidad
natural conocida localmente como Cueva de San Francisco, formada por efecto de
la karstificación de un macizo calizo y posteriormente remodelada su morfología
interior por varias fases de labores mineras, que se extienden desde la
Prehistoria hasta el siglo XIX de nuestra era. Quedan constatadas las diversas
épocas en que estuvo activa la mina a través tanto de los restos arqueológicos
hallados ínsito, como de las morfologías de las galerías y las huellas dejadas
por las diferentes técnicas de extracción aplicadas.
Levantamiento topográfico de la mina de San Francisco |
Un último trabajo de levantamiento topográfico de la cavidad ha
permitido constatar la importancia del papel de los agentes geológicos en su
formación y sectorizar la cueva-mina en sus diversas fases de explotación. Con
esta investigación se pretendió poner de manifiesto el interés de la Cueva de
San Francisco o Mina de Potosí, por la riqueza de conocimiento que genera la
combinación de su formación geológica con la interpretación de los datos
arqueológicos registrados.
La mineralización cuprífera correspondiente a la Mina de Potosí se
sitúa en terrenos considerados geológicamente de la serie lutítico-carbonatada
del Cámbrico, muy cerca del contacto con la formación Precámbrica de Loma del
Aire, cuyo límite pasa por la misma población de Guadalcanal.
Los últimos datos que se tienen sobre esta explotación se remontan a
mediados del siglo XIX. En esa época la mina, como otras muchas en el SO de la
Península Ibérica, se vuelve a poner en explotación. Lo que singularizó y dio a
conocer por entonces la mina de San Francisco o Potosí fueron los hallazgos que
se produjeron al reiniciarse los trabajos mineros.
Estos hallazgos llamaron la atención a ilustres mineros
contemporáneos, como Ezquerra del Bayo, que la visitó en agosto de 1845, y que
informa que durante el desatoramiento de trabajos antiguos se llegaran a
encontrar hasta 17 esqueletos humanos, según él atrapados por un
repentino hundimiento. Además de los restos humanos se encontraron "una
porción de utensilios; unas tenazas de hierro y un martillo,
muchas
hachas de piedra, vasijas toscas de barro, y unas tibias de carnero afiladas en
punta muy aguda" (Ezquerra
del Bayo, 1850: 491). Para la datación de los restos propone el siglo II
d.C. ya que entre los restos se encontraron algunas monedas del
emperador Maximino, del siglo II d.C., fecha que da a los trabajos
mineros, además de paleolíticos a los más antiguos.
Así, en general, se trataría de una mina realizada en un complejo en
parte de formación natural, que habría sido trastocado, en un grado elevado
pero aún por determinar, por las labores mineras. Las superficies interiores
están recubiertas por capas de carbonatos cálcicos, sólo pudiéndose apreciar
detalles en las zonas en que éstas están ausentes o han sido perforadas. Este
aspecto es interesante para trabajos futuros, ya que Patrimonio geológico y
minero en el marco del Desarrollo Sostenible (Isabel Rábano, ed.)
A finales del siglo XIX se relacionan dos cuevas con el nombre de San
Francisco en el término de Guadalcanal; una de las cuales, que es la que ahora
se trata, se describe brevemente como “Grauwackas cambrianas” (Puig y
Larraz, 1897).
Los elementos que ofrecieron mayor precisión cronológica fueron los
fragmentos cerámicos. El conjunto de cerámicas realizadas a mano se dató en un
momento de transición entre el Calcolítico y la Edad de Bronce. Los fragmentos
más característicos de cerámica a torno documentados, SF6, con decoración
pintada en bandas, y SF7, Terra Sigillata Clara C, permitieron su adscripción a
dos momentos diferenciados: periodo turdetano y época imperial romana, siglo
lll d. C. Esta última fase también estaría documentada por las monedas
descritas y fechadas ya en el siglo XIX (Ezquerra del Bayo, 1850).
En base a los datos históricos y las evidencias arqueológicas fueron
propuestas 4 fases diferenciadas de actividad minera (Hunt Ortiz, 2000):
Ø Calcolítico Final, con
utilización de Mazas Con ranura e instrumentos de hueso, “tibias de carnero”
apuntadas.
Ø Fase
Turdetana.
Ø Fase Romana imperial, ambas con
uso de herramientas de hierro.
Ø Fase Moderna, del siglo XIX, con
utilización de explosivos alojados en barrenos, de los cuales hoy día se
conservan evidencias.
Por otra parte, en una escueta noticia periodística que se publicó
sobre el descubrimiento se dice que: "Estándose dando un barreno en el pozo
de mina abierto (...) para explotar un filón de cobre que a las cuatro varas de
profundidad se presentó, se ha descubierto una galería antigua de 70 varas de
longitud (una vara equivale a 83.6 cm, por lo que la galería tendría algo más
de 58 m) (...) es además interesantísimo para la historia, por cuanto dicha
galería parece ser muy antigua en razón a estar abierta a pico, y por los
jarros con inscripciones que no han podido leerse que se han encontrado dentro
de la misma". Se mencionaba, además, que esa galería llevaba
dirección hacia el convente de San Francisco.
En la visita que realizó Ezquerra del Bayo en agosto de 1845 a la
explotación (bautizada “con el pomposo nombre de Potosí”), afirma que se
encontraba “junto a la población misma de la villa de Guadalcanal” (Ezquerra
del Bayo, 1850). El calificativo de “pomposo” utilizado por del mundo:
en la época inicial se hablaba de Una ley de metal del 50%, aunque eso sólo
duró unos pocos años. Por todos estos motivos, muchas minas tomaron su nombre,
con la ilusión de obtener resultados tan sustanciosos como en los Andes
bolivianos.
Quedan constatadas, por tanto, las diversas épocas en las que estuvo
activa la mina a través tanto de los restos arqueológicos hallados in situ,
como de las morfologías de las galerías y las huellas dejadas por las
diferentes técnicas de extracción aplicadas y las labores de acceso acometidas.
El levantamiento topográfico de la
cavidad aplicando metodología que habitualmente se utiliza en espeleología, ha
permitido, a grandes rasgos calibrar la importancia de los agentes geológicos
en su formación y establecer una sectorización preliminar de la cueva-mina en
sus diversas fases de explotación.
Grupo recuperación de patrimonio de Guadalcanal
Octubre 2018
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